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3.-La discreción


Hablábamos sobre el silencio del aprendiz, de carácter personal enfocado a la reflexión, el silencio está en su faceta profana, íntimamente asociado a la discreción del buscador de la luz.

Por su propia naturaleza, existen asuntos que son de carácter íntimo. Si lo reflexionamos, comprobaremos que sentimos un cierto malestar cuando algunos temas privados salen a la luz. No por que estos sean poco delicados o innobles, simplemente por que pertenecen a una esfera de nuestras vidas que no es pública.

La vía iniciática es eminentemente íntima, no puede ser pública, se circunscribe en lo mas profundo de nuestro ser, a un nivel donde solo podemos encontrar otras facetas de nuestra vida que también consideramos reservadas o íntimas, entre ellas; los sentimientos, las relaciones afectivas, la familia, el sexo, la higiene, la propia imagen y el honor.

Recordemos: del mismo modo que para la evolución espiritual generamos un tiempo y espacio sagrados, en nuestra vida generamos tiempos y espacios dedicados a asuntos que consideramos privados, íntimos o reservados a una esfera concreta de relación.

La discreción se manifiesta con rotundidad en las etapas del camino de perfección espiritual donde la presencia, la ritualización o las experiencias son la vía del despertar iniciático. En los ritos y experiencias, se celebran ejercicios de naturaleza simbólica que se embeben con nosotros con una fuerza que atraviesa los sentidos cognoscibles y se graban a fuego en nuestro interior. Son secretas(1) por que es imposible transmitir verbalmente lo aprendido en un ritual, en una práctica personal, es una vivencia y por lo tanto intransferible.

Pero es mejor dejar las vivencias, experiencias, ritualizaciónes y las practicas para un futuro, si llega el caso.

El neófito debe ser discreto por varias razones:

La primera de las razones se explica en que los neófitos no están preparados para hablar o mostrar la senda iniciática, una venda cubre sus ojos e incluso los aprendices con más formación, no tienen conciencia del trayecto, sólo lo han iniciado.

Los neófitos pues, no deben intentar expresar su camino con profanos.

La segunda de las razones, es que para la verbalización de los sentidos y sentimientos es necesario racionalizarlos, en consecuencia es intentar traspasar una parte del espacio sagrado al espacio profano. Lo espiritual se embebe, se inocula, no se asienta en nuestra mente por el análisis.

Recordemos: Toda la vivencia esotérica se circunscribe al espacio y tiempo sagrados. La consecuencia inmediata es la dualidad existencial, entre el ser profano, miembro de nuestra sociedad y nuestro tiempo, sujeto a las tensiones de la cotidianidad y el ser espiritual que tiende a una vida mejor, mas esclarecida y sabia en su humanidad profunda.

La tercera y ultima razón, la dejamos para la reflexión individual, para lo cual hemos elegido una frase tomada de la biblia cristiana: “No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.” (Mateo 7:6). (Nota: Cuando hablemos de reflexión individual, son frases destinadas a que las pensemos largamente, las analicemos e intentemos interiorizarlas, con el consejo implícito de buscar información adicional sobre el sentido de la frase)

No debemos olvidar, nunca, que la discreción ha sido un arma definitiva para custodiar y transmitir los conocimientos esotéricos, que la tradición iniciática los ha considerado reservados sólo para quienes han sabido superar ciertas limitaciones del espíritu y del alma, de la mente y la materia, y que en consecuencia se consideran confiables para poseerlos.

Recordemos siempre: que existen ciertas verdades eternas, las que llamamos la Tradición, que a lo largo de los siglos han sido custodiadas y enseñadas por los Grandes Iniciados con el propósito de perfeccionar al hombre y virtualmente mejorar la condición del género humano mediante su autonomía e independencia intelectual, espiritual y moral.

Recordemos: toda la vivencia esotérica se circunscribe al espacio y tiempo sagrado, su consecuencia es que el avance iniciático es de índole personal e íntimo y por lo tanto es necesaria su protección ante el mundo profano.

No hagamos de la discreción un asunto baladí o bagatela, es un asunto de profundidad filosófica e iniciática, abrir las enseñanzas esotéricas al mundo, la posibilidad de que cualquiera pudiera acceder a ellas sin la vocación o la llamada que todos hemos recibido, sin un proceso formativo ordenado sería su descomposición por profanación.

Es importante mantener la esencia iniciática, quizás pueda parecer lento, aburrido y en ocasiones pueril, pero es fundamental para generar la hermandad iniciática que nos es debida y de la que hablaremos posteriormente.

Sin embargo la discreción no es anonimato, el buscador debe darse a conocer por su palabra, su pensamiento y su acción. 

(1) Este es el origen del significado de “sociedades secretas”, en realidad rara vez lo son, pero, la característica de vivencia personal hace imposible su expresión, aparentando un secreto que no es.


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