Hasta
ahora, hemos visto una serie de consideraciones
de cómo debe ser un iniciado, cual es la mecánica del pensamiento y
otros temas que nos sirven de base para avanzar en el camino.
Recientemente hemos reseñado varios pensadores de la tradición
esotérica y en ellos hemos aprendido algo importante.
Recordemos:
Guénon nos enseña a buscar la pureza, Evola a mantener esa pureza
en los cánones regulares de la Tradición iniciática y Roso de luna
a tratar la iniciación como un hilo conductor común desde la
Tradición antigua hasta la actualidad, sin sincretismos.
En
el espacio sagrado común, aquel que podemos llamar la Tradición
esotérica, la comprensión de esos mundos que están en este, no
puede existir de nuevo cuño, no se inventan, Blavatsky, Luna,
Guénon, en realidad no inventaron nada, re interpretaron la
Tradición o la impulsaron. La Tradición, así como la capacidad de
nuestra bioenergía y no surge de una escuela o curso, es una
facultad humana socavada por los grandes intereses de poder que nos
quieren callados, con la energía baja, alienados, obedientes y
aborregados.
Pero
abrir esos mundos de comprensión de uno mismo, del cosmos, de
nuestra bioenergía, del akasha, del mundo astral y espiritual, de la
esencia del universo de la que somos parte, requiere de la
iniciación, en las diversas etapas iniciáticas: El Camino, es un
proceso continuo de Iniciación.
Recordemos:
La Iniciación es algo tan consustancial al Ser Humano que nos
atrevemos a decir que todos somos, en mayor o menor medida, eternos
aspirantes al despertar a la realidad única por medio de la
Iniciación.
El
impulso que nos es transmitido en la Iniciación, es recibido
mediante estudio, ritual o revelación, sistemas a los cuales
podríamos definir como los iniciadores
¿De
donde viene la iniciación?.
Tal
como Guénon nos explica, no existen múltiples iniciaciones, la
iniciación es una y universal, pero debe ser autentica y
Tradicional, debe unirnos al linaje de los maestros que nos
transmitieron la sabiduría, dándonos opción a elevar nuestros
espíritus hacia el Ideal iniciático.
Esta
es la razón, por la cual todas las corrientes iniciáticas, intentan
de una manera u otra en retrotraer su origen a los primeros
conocimientos esotéricos, llegando a la barbaridad de atribuirse una
u otra herencia negándosela a terceros, en ocasiones inventando
historias basadas en textos religiosos haciéndose herederos de Adán
y Eva.
La
iniciación busca el conocimiento restringido a los que desean
elevarse espiritualmente, con una enseñanza de maestro a discípulo
con Tradición, validez y legitimidad del conocimiento, buscando
asimismo que la transmisión sea por una cadena conocida, teniendo en
cuenta que todos los elementos del Universo están relacionados entre
sí por vínculos reales o simbólicos y que al no ser evidentes,
requieren ser descifradas y que denominamos el principio de
correspondencia: "lo que está arriba es como lo que está
abajo; lo que está abajo es como lo que está arriba", la
iniciación es algo natural y ocupa un lugar esencial y sagrado en el
Cosmos.
En
líneas generales se podría trazar una línea desde los primeros
grupos mistéricos de hace 3500 años hasta la actualidad, sin embargo, la iniciación ya no se encuentra en grupos, mas bien enterrada en cadenas personales.
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