Hemos
aprendido que existe un flujo energético universal que dependiendo
del origen cultural de la tradición es llamado Chi o energeia y que
en la cultura oriental se entiende como una única fuerza vital
global y en la cultura occidental es vista como dos fuerzas iguales
en su fundamento pero diferenciadas entre la vital que da soporte a
la vida y la telúrica que da soporte a la tierra y al universo,
siendo ambas complementarias. Para esta monografía dado que la
energía telúrica no nos afecta demasiado, nos vamos a centrar en la
energeia vital o Chi de los seres vivos.
Partimos
de la premisa que la existencia de los seres vivos no puede existir
sino sustentada por una fuerza o impulso vital sin el que la vida no
podría ser argumentada, una fuerza específica, distinta de la
energía estudiada por la física y otro tipo de ciencias que,
actuando sobre la materia, le otorga la vida.
Recordemos:
el sustento de la vida es una energía que le da sentido, es
universal y nos concede el aliento, dependiendo de la cultura y
tradición son conocidas como Chi, ánima, ājīvikas o energeia
vital
Esta
energía, fluye por nuestro cuerpo físico alimentándolo de vida. A
lo largo del tiempo y de los diversos momentos de la existencia, esa
energía muta, cambia y con ella cambia nuestra mente, nuestro cuerpo
y nuestro espíritu. Esta energía se manifiesta mediante el aura, un
campo único que existe alrededor de todos los seres vivos,
emanaciones de energía sutil que rodean el cuerpo y no son visibles
para la mayoría de las personas.
El
aura es la manifestación energética entre el campo de acción de la
energía vital y el límite de nuestro cuerpo físico. Las capas de
nuestro aura varían de color y de forma en función de los estados
de ánimo y los cambios de conciencia. La luz, matices, formas e
intensidad de estos colores varían de una persona a otra.
Nota:
¿nunca nos hemos preguntado por que sentimos afinidad instantánea
por una persona y aprensión por otras?, la compatibilidad de las
frecuencias del aura tienen la culpa.
Recordemos:
el aura, es una luz que emerge de nosotros, mostrando lo que en
realidad somos
La
manifestación de nuestra energía, el aura, se extiende hasta unos 8
o 10 centímetros de distancia de nuestro cuerpo y réplica la forma
humana y sus movimientos, es como un calco espiritual del cuerpo
físico y se muestra como una especie de manto luminoso que nos
arropa y nos separa del mundo.
El
aura es una impronta personal que nos define e identifica, pero pese
a ser una impronta personal, el aura no es como una huella dactilar
que puede compararse con una muestra, tiene variaciones particulares
y coyunturales que modifican su esencia, y esas variaciones se
manifiestan en su:
- Forma, uniformidad y distancia al cuerpo humano.
- Color y sus variaciones
- Desviación al blanco (brillo)
- Opacidad
- Flujo por las líneas energéticas entre chacras (autopistas energéticas)
Podemos
desenredar el estado personal de la persona que lo emite, siempre que
sepamos leer en las diversas capas que lo componen. Existen siete de
estas capas o cuerpos áuricos y cada una de ellas parece
corresponder con un nivel de conciencia y sin embargo es preciso
saber que cada capa es la expresión y la parte individual de un
"campo" colectivo.
Estamos
de forma permanente en contacto con nuestro entorno, lo que
implica frecuentes intercambios con el mismo. Cada capa posee una
cierta independencia con respecto a dichos intercambios. Todos los
pensamientos y todas las emociones presentan una proporción variable
que se transmite a nuestro entorno en forma de un arco iris lleno de
color.
Las
capas áuricas son las siguientes:
- Aura física
- Aura eterea
- Aura vital
- Aura astral
- Aura mental inferior
- Aura mental superior
- Aura espiritual
Aura
física
Es
la mas cercana al cuerpo físico, de gran utilidad para valorar el
estado del cuerpo material de la persona, su luz y brillo nos dan una
idea general de de la salud. Su análisis no sirve para el
diagnostico pero sí para saber si existe algún problema.
Aura
etérea y Aura vital
Dependiendo
de la tradición que sigamos, estas dos capas serian una sola o dos
separadas aunque intrínsecamente unidas, esta parte del aura es un
indicador de lo que sucede en niveles muy fundamentales de nuestro
ser. Refleja nuestros actos primarios, impulsos, visceralidad, es el
reflejo de nuestro carácter eminentemente animal
Aura
astral
El
aura astral es sutil, casi filosófica, su existencia procede de la
percepción y el pensamiento del observador, por ello es motivo de
controversia. La mayoría de personas que tienen la facultad de ver
la emanación del aura se suelen quedar en las capas densas y
próximas al cuerpo físico, por ello, muchos autores niegan la
existencia del aura astral. Es muy útil para ver disfunciones de
tipo inmaterial como la depresión.
Aura
mental inferior
Responde,
ya no a un aura completa si no a destellos lumínicos que proceden
del estado más básico de la mente, ira, alegría, visceralidad,
odio. En cierta forma, es la expresión instantánea de los
sentimientos y emociones que también indica el aura etérea, de
algún modo, el aura mental inferior es la manifestación en el
instante, en el aquí y ahora diferenciándose del aura etérea
correspondería a la “media” de estos sentimientos y emociones.
Aura
mental superior
Muestra
el estado de las energías de nuestra mente humana, la racional, la
elevada, suele tener tonos azulados y más denso y opaco el color
cuanto mas elevada y racional es la mente. El color azul de esta
parte del aura da nombre al fenómeno de los niños índigo. (ver
articulo)
Aura
espiritual
Resplandor
blanco, cuando ocurre uno de esos escasos momento que cuerpo,
espíritu y astral están en consonancia, ver un aura espiritual
blanca es una rareza, es la presencia de un diamante espiritual.
- Rojo: color de vibración inferior que representa el elemento animal, la experiencia de los sentidos, todas las casas físicas y el pensamiento materialista.
- Naranja: representa una actividad armonizadora y de equilibro constante.
- Amarillo: simboliza el pensamiento y la concentración mental.
- Verde: individualismo, regeneración, energía y previsión. Símbolo del ego.
- Azul: muestra cualidades espirituales. La presencia de azul en el aura indica un alto grade de espiritualidad, integridad y profunda sinceridad.
- Violeta o índigo: contiene la espiritualidad del azul sumada a los elementos de vitalidad y poder del rojo. Es el color del iniciado y del adepto.
- Marrón o tierra: color terrenal y profano, salvo los tonos claros.
- Gris: falta de imaginación, mezquindad y torpeza.
- Negro: pese a las connotaciones negativas, pensemos que el negro no es un color, es la ausencia del mismo, negro es el aura que es posible llenar de cualquier color.
- Rosa: raro color, refleja al ser tranquilo, refinado, modesto pero a la vez, adogmático y sin creencias.
- Plata: responde a las personas de carácter versátil
- Blanco: el color perfecto, hacia el que tendemos todos.
Algunas
consideraciones sobre los colores del aura.
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