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6.-Humanismo y antropocentrismo


Si consideramos que el ser humano, nace con unos derechos inalienables, como la libertad, la búsqueda de la felicidad, gobernarse según su razón y conciencia, sin distinción alguna de etnia, sexo, idioma, religión, opinión política o opción de pensamiento y expresión, no podemos sustraernos a la idea de que el ser humano, es el centro de nuestro orden social, situado como medida de todas las cosas y en consecuencia la razón y el pensamiento libre son los únicos principios de juicio por los que deben evaluarse los demás seres y en general la organización de nuestro mundo.

Siendo pues, el ser humano el centro de nuestro entorno, todo individuo tiene el derecho particular y colectivo de disfrutar de los bienes necesarios para garantizarse el derecho a la vida, la libertad, la propia imagen y a la seguridad de su persona.

Para lograr el objetivo del ideal humanista, es preceptivo el acceso a la educación y al conocimiento, los renacentistas entendían que la educación mínima a recibir era similar al Trivium et Quadrivium, es decir, estar formado en la gramática, la retórica, la literatura, matemáticas, música, la filosofía, moral y la historia, ciencias ligadas estrechamente al espíritu humano, hoy en día, el pragmatismo y tecnificación de la sociedad ignoran estos conocimientos y exaltan otros mas tangibles y prácticos del mundo técnico y económico.

El humanismo propugna la razón como valor supremo, el pacifismo como necesidad, el comercio como vía económica de progreso, la fe optimista en el ser humano en contraposición a la oscuridad religiosa, la lógica frente a la autoridad, y la búsqueda de una espiritualidad más humana, interior, más libre y directa y menos externa y material.

En nuestro proceso de evolución estudiaremos a varios humanistas, en especial a Tomas Moro y Juan Luis Vives.

El humanismo esotérico busca integrar la filosofía del humanismo con rituales, vivencias y experiencias místicas buscando en la ética y el espíritu, el avance necesario de nuestro potencial y aspiraciones humanas. El humanismo esotérico, tal como lo entendemos, rechaza toda revelación, la moralidad basada en normas dictadas por una divinidad dictatorial y todo aquello que pueda calificarse de dogma.

El humanismo esotérico se distingue del llamado humanismo socio-político en la persistencia en las formas de organización y prácticas de la tradición iniciática.

Recordemos: Un neófito avanza por el camino esotérico para mejorarse a si mismo, de tal manera que su perfeccionamiento contribuya a la mejora de la sociedad.


El antropocentrismo es la línea de pensamiento que sitúa al ser humano como medida de todas las cosas, y que valora una ética que defiende que los intereses de los seres humanos están por encima de cualquier otra cosa.

La persona tiene el derecho y el deber de luchar por el mejoramiento ético y social de la humanidad y así mismo es responsable de la custodia y la protección del medio ambiente ¡nuestro hogar!.

Por lo tanto, cada ser humano es nuestro hermano en sí mismo, compartimos, genética, sueños y ambiciones. Cualquier dolor causado a otra persona es una traición a la vía iniciática. Asimismo, cualquier agresión a nuestro medio ambiente es una falta a la perfección espiritual. La crueldad con los animales es una inmoralidad que incapacita para el mundo sagrado.

Recordemos: La consecuencia de los principios de humanismo y el antropocentrismo, son el respeto a los seres humanos, a los seres vivos y a nuestro medio ambiente.

Además, el respeto a nuestro hábitat, también nos deriva, lógicamente, a una postura de no violencia, la compasión por toda vida, ya sea humana o no, es central en la vía iniciática. La vida humana la consideramos como una oportunidad única y rara para alcanzar la iluminación.

Situar al ser humano como eje de la creación no implica el señorío sobre la misma ni el sometimiento al dogma divino de un creador. Lo que hace es situarnos en una posición donde la razón es nuestra guía solo matizada por la intuición y la experiencia iniciática.

Este hecho no nos hace mejores ni peores que otros seres vivos, nos hace más responsables.

Recordemos: Nuestra misión es el perfeccionamiento espiritual, potencial y ético personal y por extensión de la humanidad, para lo cual trabajamos con discreción y silencio en la creación de un espacio y tiempo sagrado que nos permiten reflexionar y aprender libremente a la gloria del progreso.


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