Hemos hablado de ciertos
comportamientos que se esperan de una persona que desea ser un
iniciado: la discreción, la libertad de conciencia y pensamiento,
las relaciones confluentes, etc., todas ellas van orientadas a una
actitud en la vida que nos permita una cierta estabilidad y
encontrarnos centrados en un mundo profano eminentemente caótico.
Los
estudios esotéricos, muchas veces aburridos por extemporáneos y
fuera de la circulación de la vida diaria, nos darán un carácter
distinto y distintivo. Permitámonos una expresión mundana: Somos
bichos raros.
Si
pretendemos seguir con la evolución personal, ética, espiritual que
nos ofrece la vía esotérica, cada vez seremos mejores personas y
cada vez más, nuestra actitud provocara una reacción, como la de
una piedra arrojada a un estanque, generando olas de quietud
espiritual. Nuestras acciones, palabras, actitudes y expresiones
afectivas serán ejemplo de nuestros semejantes.
Nuestros
hijos serán un poco mejores al aprender de nuestro ejemplo y los
hijos de nuestros conciudadanos se contagiaran de nuestros hijos,
seremos la voz serena en las reuniones vecinales.
¡Es
nuestra responsabilidad!.
Como
vimos anteriormente, es importante elegir la modalidad
iniciática.
Recordemos:
Las diversas variantes de la trasmisión de la iniciación y del
saber esotérico, no son divergentes entre sí, ninguna de ellas es
mejor ni peor, simplemente están adaptadas al objetivo final de la
orden en sí misma.
La
elección de una vía esotérica, implicará una consecuencia que es
la modificación de nuestra relación con el entorno, cambiará
nuestra situación en el mundo profano.
Recordemos:
Ser un iniciado sirve en primer lugar ser mejor ser humano y en
consecuencia ser un miembro mejor de la sociedad. Los conocimientos
del sentido de la vida, de otros planos existenciales, de la
filosofía básica, no son nada si no tienen aplicación. La
aplicación es ser servidor de nuestros semejantes.
La
aplicación de las enseñanzas derivadas al dominio de uno mismo, por
medio de un estudio progresivo y de la aplicación práctica de lo
que aprendemos, además de convertirnos en Maestros de nuestra propia
vida profana, pretendemos desarrollar nuestras facultades superiores,
así como a comprender la relación que hay entre los Seres Humanos,
el Cosmos, la vibración energética así como las Leyes que lo
rigen.
En
el mundo esotérico, en sus planos intelectuales, filosóficos y
energéticos buscamos aprovechar el inmenso potencial interior y
liberándonos de tensiones, conceptos erróneos y enfermedades del
pensamiento que, de una forma sutil o violenta, envenenan nuestro
vivir y nos privan de la paz interior.
Estas
razones nos llevan a mutar hacia una nueva forma de ver el mundo y la
existencia de un modo personal y no dogmático ya que no nos
imponemos ningún modo de vida concreto(1) ni se tiene que
seguir recomendaciones de superiores(2). Esta nueva forma
de ver el mundo, implica el deseo de trascender hacia otros planos de
la existencia: La elevación espiritual y el plano astral.
Posiblemente
una de estas dos situaciones relatadas, la evolución personal,
ética, espiritual y la evolución hacia otros planos de existencia
(astral) sean las motivaciones más importantes que hayamos tenido
para estar en este camino.
Recordemos:
La evolución personal, ética, espiritual es absolutamente necesaria para la evolución hacia
otros planos de existencia
(1)
En el mundo esotérico es clásico la imposición de modos de vida,
vegetarianismo, meditaciones, abstinencias etc.
(2)
La iniciación se provoca, no se da, por lo que el buscador de la luz
es su único real Maestro.
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