De
entre los pensadores más importantes de la cultura esotérica
occidental, hemos optado por hacer una semblanza de H.P Blavatsky,
René Guénon, Julius Evola y Mario Roso de Luna sin perjuicio de
otros pensadores que también reseñaremos al final de esta
monografía.
Helena
Blavatsky
Helena
Blavatsky, se llamaba en realidad Helena Von Hahn, el apellido
Blavatsky es el apellido de su primer marido. Fue una pensadora
rusa, nacida en la actual Ucrania, lo que sabemos de su vida es lo
que ella misma cuenta y en sus relatos mezcla la realidad con la
creación de una serie de mitos para fundamentar su doctrina.
Blavatsky
abandono a su marido y acompañada del masón Albert Rawson, relata
que viajó por varios países, cuenta que encontró a Mahatma M.(1)
en Londres y que este la inició en esoterismo oriental.
Posteriormente viajo a Canadá, México, EEUU, India y Tíbet y al
menos 15 países más. Cuenta que en el Tíbet, su formación
esotérica fue matizada y elevada por el maestro KC., o maestro Koth
Moi (2).
Funda
la Sociedad Espirita, dedicada a la mediumnidad y al espiritismo, el
grupo no duró mucho tiempo, al estar contaminado de varios falsos
médiums. Posiblemente la Sociedad Espirita estuviera basada por las
ideas de Allan Kardec(3) y que este, en realidad, fuera la
inspiración del personaje Mahatma M.(1)
En
1874, recala en Nueva York y casi de la nada, en menos de un año
conoce convence al coronel Henry Olcott y al abogado William Quan
Judge y junto otros(4) crea la Sociedad Teosófica el 7 de
septiembre de 1875, posiblemente el masón Albert Rawson tenga mucho
que ver en la facilidad de conseguir los contactos y las relaciones
necesarias para poder crear esta asociación.
Blavatsky
publicó su primera gran obra, “Isis sin velo”, un libro que
trata de la historia y del desarrollo de las ciencias ocultas, la
naturaleza y el origen de la magia, obra que aun hoy en día incluso
con todas las controversias, errores, concepciones incorrectas, es la
base de los estudios Tradicionales del esoterismo occidental.
Posteriormente,
cuando la Sociedad Teosófica empieza a ser contestada y sus
seguidores se dan cuenta de ciertas incongruencias en la doctrina,
comienzan, a modo de buscar una verosimilitud mística, las
afirmaciones de iluminación telepática y otras tesis inasumibles
por extraordinarias, este hecho provoca muchas bajas de la Sociedad
Teosófica. La constestación a la doctrina le provoca a H.P.
Blabatsky una sensación de desazón comenzando el declive de su
prodigiosa mente. Desde dentro de la Sociedad, comenzo una lucha de
poder con otra teósofa, Alice Bailey
afirmando ambas que la verdadera doctrina esotérica la recibían
telepáticamente de un lama tibetano llamado Djwhal Khul(5)
Recordemos:
Blavatsky,
pese a lo controvertido, los debates sobre la veracidad de sus
afirmaciones e intenciones, es la autora de la obra de referencia
sobre esoterismo Tradicional europeo, veremos como ha sido contestada
y matizada.
René
Guénon
René
Guenón, fue un matemático nacido en Francia en 1886 y que murió en
El Cairo en 1951. Es conocido por sus publicaciones de carácter
filosófico espiritual y su esfuerzo en pro de la conservación y
divulgación de la Tradición Espiritual.
Sus
estudios tradicionales se inclinaron rápidamente en el estudio de
las corrientes orientales sin dejar nuca sus pertenencias y
querencias al esoterismo occidental (masonería)(6). Sus
tesis daban vueltas a la idea de que el esoterismo occidental, en
especial el teosófico, estaba corrupto, entendía que todo lo
europeo era básicamente incorrecto, deslavazado e incluso sin una
coherencia, siempre hablando desde presupuestos metafísicos y no
ideológicos ni políticos.
Recordemos:
Guénon consideraba que el esoterismo oriental era más puro, más
intenso y más perfeccionado que el occidental.
Sus
últimos años de vida los pasó en Egipto, para profundizar en el
conocimiento del mundo tradicional islámico, religión a la que se
convirtió siendo conocido en los círculos del sufismo egipcio por
el nombre de Abdul Wahid Yahya.
Su
lucha por la incorporación de los conceptos orientales a occidente,
tuvo como resultado mas claro la difusión de la bioenergía
hinduista en los caminos iniciáticos tradicionales europeos.
La
conclusión última de su obra (contenida principalmente en “El
Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos”) es que la
condición del mundo moderno testimonia el fin del ciclo actual de la
humanidad, algo que señalan simbólicamente los mismos términos
Oriente y Occidente (en particular éste último, tomado por nuestra
misma civilización para auto-denominarse, lo que no deja de ser
llamativo). René Guénon encuentra la prueba de esto en la
desaparición progresiva de la Tradición dentro de las sociedades
occidentales.
René
Guénon se esfuerza por desmontar en el mundo esotérico a cuantas
organizaciones iniciáticas pugnan por tener una supremacía
espiritual, a las que atacaba, atribuyéndolas una falsa doctrina por
ignorancia de la verdadera Tradición esotérica, sin embargo,
respetó siempre a la masonería, al teosofísmo -al menos sus tesis
y no a la Sociedad Teosófica- y sobre todo mantuvo una comunicación
fluida e intercambio de ideas con su par tradicionalista Julius
Evola. Las cartas entre ambos son una mina de saber esotérico.
Recordemos:
Guénon es quizás el pensador
mas lucido, mas preciso en sus textos y mas prolífico, es
indispensable para conocer el pensamiento esotérico, la iluminación
occidental, cierto es, que es un autor denso, difícil de leer, con
un lenguaje que las traducciones son pobres y carentes de genio del
autor.Es
el responsable de la fusión y a veces confusión del esoterismo
occidental y el oriental
Julius
Evola
Julius
Evola fue un pensador e ideólogo nacido en Roma, en 1898 y fallecido
en 1974, su verdadero nombre era Giulio Cesare Andrea Evola, fue
reconocida figura aristocrática de la derecha política
tradicionalista italiana(7) y autor de decenas de obras
esotéricas.
Dejando
al margen sus ideas políticas, algunas de ellas absolutamente
rechazables(7), Evola, critica la sociedad moderna al
entender, como Guenón, que ha perdido la Tradición esotérica y en
consecuencia necesita una reorientación.
Su
concepción de la sociedad era una mezcolanza entre la tradición
esotérica y ciertos valores que socialmente pueden ser
controvertidos como la supremacía de la aristocracia y la realeza,
la virilidad como condición a la iniciación o la unión del ideal
caballeresco con la simbología autoritaria.
Evola
define el conocimiento esotérico de un modo muy preciso y su
concepción del hombre era que estaba en involución, sin embargo
tenia la clara potestad necesaria para conseguir su total
Despertar(8) interior, regenerar el ser humano con una
serie de valores para crear un hombre superior –aunque lo asimilara
a la aristocracia-, para este Despertar, su camino era
fundamentalmente el estudio del esoterismo y las practicas sexuales
sagradas, destinadas a descubrir la naturaleza profunda, superior y
trascendente, buscando la clave de su sentido en el universo del mito
y de lo sagrado (la mujer, según Evola, solo es un instrumento).
Para
Evola la Tradición esotérica nos lleva a un ser humano total,
absoluto y en una integridad que le permite su unión con el cosmos
cuando se consigue “Despertar la semilla de la Eternidad” que,
según defendía, estaba en todo hombre –para Evola “hombre”
era tanto ser humano como varón-. Somos, pues, portadores del
Principio Superior y nuestra tarea es despertarlo.
A
Evola, le debemos como gran aportación a la iniciación y al mundo
esotérico, el concepto de regularidad y el de vocación de iniciado.
La
regularidad es la característica que un conocimiento esotérico ha
sido trasmitido de maestro a alumno desde su origen, una cadena
interrumpida de transmisión que continúa en el tiempo a través de
representantes reales, remontándose hasta la "tradición
primordial", evitando axial los falsos maestros y las doctrinas
espurias.
Recordemos:
Evola propone que la iniciación ha de provocarse dentro de una
organización iniciática regular
Evola
propone unas características al candidato a la iniciación
necesarias para obtener la iniciación, estas características
conciernen a la presencia de una aspiración precisa, digamos una
vocación, también incorpora a esas características, -y no lo
compartimos-, una pulcritud física, rechazando a quien no tuviera un
aspecto “perfecto” así como la comprensión de los estados
superiores del ser, establecida por medio de la transmisión de
influencias espirituales.
Mario
Roso de Luna.
Roso
de Luna fue un abogado español, nacido en Cáceres en 1872 y
fallecido en Madrid en 1931, conocido por su aportación en la
recopilación de grandes obras esotéricas y por las primeras
criticas al sistema de iniciación teosófica.
Como
teósofo, realizó una labor divulgativa extraordinaria, fue el
traductor de las obras originales del teosofísmo y aportó textos
propios y libros completos, su obra se conoce como la “Biblioteca
de las Maravillas”.
En
1928 junto con su amigo Eduardo Alfonso y después de una reflexión
sobre el teosofísmo y sus desviaciones doctrinales, en especial, la
fuerte influencia del deísmo y la extraña adopción de Jiddu
Krishnamurti como “Instructor del Mundo” dentro de la sociedad
teosófica, fundan la SPI (Schola Philosophicae Initiationis), su
argumento era “una reacción contra la inestabilidad e indisciplina
de la Sociedad Teosófica, a modo de crisol donde se ha cuajado el
concepto de ordenación mental que debía haber regido siempre a la
Sociedad Teosófica”.
Roso
de Luna, rompe con la idea que el teosofísmo nace con H.P. Blavatsky
y remonta sus orígenes a Ammonius Saccas (ca. 175 - 242) un filósofo
de Alejandría del siglo III, con frecuencia considerado el fundador
de las escuelas modernas de iniciación. Roso de Luna se adelanta
aquí al concepto de regularidad iniciática de Evola marcando la
línea de trasmisión del pensamiento esotérico de la antigüedad
hasta nuestros días.
Roso
de Luna, revindica la transmisión esotérica de maestro a alumno,
trasmitiendo las enseñanzas verbalmente, enseñando la filosofía
con cierto misterio y hermetismo, encargando a sus discípulos el
secreto y el silencio.
Nota:
Estando de acuerdo con Roso de Luna casi en su totalidad, no
obstante, entendemos que los cursos y ciclos iniciáticos se pueden
dar sin necesidad de que el maestro sea una compañía presencial,
aunque si debe existir cierta relación personal
Recordemos:
Genón nos enseña a buscar la pureza, Evola a mantener esa pureza
en los cánones regulares de la Tradición iniciática y Roso de luna
a tratar la iniciación como un hilo conductor común desde la
Tradición antigua hasta la actualidad, sin sincretismos.
Otros
pensadores importantes
Vicente
Beltran Anglada, José Xifré, James A. Long, Vernon Harrison, Carmen
Yombina, Randell C. Grubb, C.W.leadbeater, Jiddu Krishnamurti, Annie
Besant.
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