Quizás, la frase más interpretada, traducida, discutida y tergiversada de la historia de la humanidad y ello es por que en si misma conlleva una afirmación que, dependiendo de la traducción, sustenta o desmonta la teología judeocristiana que es, junto con la filosofía grecolatina, la base de la cultura occidental.
La traducción literal, sin interpretación, palabra a palabra es: “en principio era la palabra, y la palabra estaba hacia dios y dios era palabra”. Sin embargo hay muchas más traducciones intentando variar el sentido o adaptarlo a creencias particulares.
Veamos unos ejemplos:
• Biblia Reina-Valera “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. En esta traducción cristiana la palabra es el Verbo y Cristo se identifica con el Verbo o el Lógos.
• Biblia Nuevo Mundo “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era un dios. En esta traducción se abre la puerta al politeísmo.
• Biblia latinoamericana “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios” En esta traducción algo existía antes de la creación.
Juan Evangelista, así como multitud de tratados sobre la creación, nos apuntan a que todo empieza por la palabra, veamos como ejemplos:
El libro sagrado maya, el Popol Vuh dice, al principio solo existían los dioses, y entonces con palabras deciden crear el mundo.
Un libro sagrado Hindú llamado Púrusha Sukya (un veda), describe la creación del universo a partir de los ecos de la voz de un gigantesco dios primigenio llamado Púrusha. Brahmá pide la creacón de la Tierra, planetas y estrellas visibles e invisibles en el cielo, donde viven los dioses y otros seres.
Y por supuesto el Génesis 1:3 que dice: Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz, a partir de este momento la creación es una secuencia Dios dice y Dios nomina (la palabra y el nombre es la creación).
Vemos pues, que desde tiempos inmemoriales, es la palabra el origen de las cosas creadas. Pese a que la razón nos indica que evidentemente nunca existió la creación como voluntad de un dios que emite una palabra y crea los mundos, si podemos llegar a la conclusión que en el saber Tradicional es conocido un poder intrínseco a la palabra pronunciada e incluso escrita y es un poder que confiere la cualidad divina.
La palabra es el único atributo exclusivo de los seres humanos, los animales no hablan, pueden comunicarse, pero sin el don del habla, puede que recordemos la tesis que también la risa es exclusiva, pero no es cierto la risa no está restringida a los humanos, existe la risa animal, y no sólo en los primates.
El único atributo exclusivamente humano, el don de la palabra, es también el atributo de la creación de todo lo que existe, visible o invisible y es el atributo de la divinidad.
La palabra es una modulación de la vibracion que es capaz de ejercer las cuerdas vocales de tal manera que esta vibracion pueda ser comprensible no solo en cuanto a su significado sino a su sentido dependiendo del contexto del cuándo, cómo y esencialmente quienes la pronuncian. La palabra pues es la vibración que cobra un sentido expreso dado que tiene un orden en el caos.
La vibración y la armonía
El silencio, es un equilibrio perfecto, es el estado de universo cuando ninguna influencia actúa sobre el o la suma de las fuerzas vibracionales suma cero. Sin embargo, el silencio no existe por que todo vibra, recordemos el tercer principio del Kybalión(1): “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”.
La ciencia equipara el silencio absoluto con la falta absoluta de vibración que le llama “cero absoluto” y es inalcanzable debido a que la misma reducción de la vibración provoca la falta de energía necesaria para seguir provocando su reducción.
La vibración es por lo tanto la fuente de toda energía vital y la palabra es “energía con orden” -“ordo ab chaos”, como lo nominan los iniciados- que puede y modifica el entorno y esta energía puede estar o no estar en consonancia con el universo.
Pongamos como ejemplo de sintonía con el universo la afinación musical. Las orquestas suelen afinar sus instrumentos de tal manera que la nota “La” vibre a una frecuencia de 440 Hz, este sistema llamado hoy en día “temperado” está basado en un concepto matemático de Pitágoras que busca la perfección, Pitágoras, se basa en la idea de que el universo está gobernado según proporciones numéricas armoniosas y que el movimiento de los cuerpos celestes se rige según unas proporciones que coinciden con las proporciones entre las notas musicales; las distancias entre planetas corresponderían proporcionalmente, según esta teoría, a los intervalos musicales.
Así pues, las notas musicales de una orquesta, están en principio afinadas buscando una armonía universal, aunque lo cierto es que la nota referencia para el afinado que es la nota “La” afinada como estándar provoca que la nota central de afinado que es la nota “Do” tendría una frecuencia de 261,63Hz que no es exactamente una nota armónica universal. Este hecho se produce por ciertas presiones, digamos oscuras para crear un estándar. Sin embargo previo a estas presiones oscuras, se uso en los periodos mas esplendorosos de la música, una afinación llamada “filosófica” que hacía fijar la frecuencia de vibración de la nota La en 430.54 Hz y en consecuencia la nota central del afinado, el Do quedaba exactamente a 256Hz que es 2^8 este numero un multiplo natural de 8 que corresponde a la frecuencia del planeta Tierra.
El ejemplo de las notas musicales en armonía con la vibración del cosmos, nos da idea de cuan distinto puede ser un simple sonido si este es armónico o no con la fuente energética universal. Desde la normalización de la afinación con el sistema “temperado” no hemos tenido un referente musical universal, pensemos que Mozart, Beethoven, Verdi, Strauss y el referente esotérico musical, Wagner, afinaban en “filosófica”.
Pero como hemos hablado, todo lo que nos rodea, tiene una vibración única y cuando se provoca una vibración próxima, por ejemplo un sonido, se forma una nueva vibración suma de las dos vibraciones –simplificándolo mucho-, cuya resultante es una vibración combinada. De este modo, dos o mas vibraciones, interactuarán entre ellas.
Sin entrar demasiado en la parte técnica, toda vibración tiene tres factores, amplitud, frecuencia y fase y su interacción puede adicionar o sustraer valor independientemente en cada uno de los tres factores, si esa adicción o sustracción fuera suficientemente importante modificaría el resultado de modo evidente. Sin embargo, la mayoría de las veces, por no decir casi todas las veces, las amplitudes y frecuencias tienen una entidad suficiente para no verse afectadas y las interacciones suelen ser la sincronizan de las fases. No obstante, si dos o mas vibraciones muy parecidas se combinan, se presenta lo que se llama pulsación o batido.
Es necesario en este momento hacer una diferenciación entre el poder de la palabra y el poder de su influencia vibracional en el entorno, estando íntimamente ligadas actúan por parámetros distintos con finalidades semejantes.
Usos, mitos y leyendas alrededor del poder de la palabra y su vibración.
De algún modo la mayoría de las sociedades en sus manifestaciones espirituales, han tenido en consideración la importancia de la palabra y esto se ha plasmado en usos litúrgicos y rituales y ha inspirado mitos y leyendas. La palabra en un contexto sacro tiende a estar acompañada de tonalidad musical y cuando se ritualiza esotéricamente tiende a tener un flujo comunitario circulante que provoca un estado de egregor.
Usos
La mayoría de rituales sagrados implican la voz como parte de la sacralización del acto litúrgico vamos a tomar como ejemplos el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo, por la proximidad cultural con nuestro entorno mediterráneo y vamos a comprender cuales son los mecanismos por los que una musicalidad concretizada puede impactar en el poder del verbo para sacralizar un mensaje y que este sea aceptado como divino por la inmensa mayoría de sus oyentes.
En el Islam, existe el Adhan(1), la llamada a la oración, se recita entre tres y cinco veces al DIA por el Almuédano que es el encargado de la llamada y es elegido por su voz y su personalidad. El Adhan esta compuesto por una serie de frases estandarizadas y que en general se recitan desde el minarete que siempre es construido en un entorno elevado provocando un predominio físico, visual y sonoro del espacio.
El Judaísmo, al ser la mas antigua de las religiones abrahamicas, su sistema de la transmisión del poder de la palabra y la vibración musicalizadas es también el mas básico y rudimentario, suelen usar un cuerno de animal Kosher, generalmente carnero, a este cuerno se le llama shofar y se hace sonar en grupos de tonos largos y cortos a semejanza de un código. El toque del shofar suele acabar con un largo resueno a fin de “confundir al mal”.
El cristianismo, utiliza una tonalidad musical, llamada anáfora, en ciertas partes de la liturgia que tienen la misma razón y sentido que el Adhan y el Sofar, es resonar con unas notas que nos llevan a asumir como sagradas las palabras que se emiten en dicha tonalidad. Heredado del canto gregoriano, es una tonalidad de expresión de la palabra monocorde, cuyas notas se adaptan al texto y jamás al contrario, lo importante siempre es la palabra, por ello siempre es sin acompañamiento musical a capella.
Es importante matizar que la iglesia ortodoxa, se ha conservado una particularidad al canto semitonal, que es la isocrátima, que consiste en una nota que sirve de acompañamiento en un tono espectacularmente mas grave, trayéndonos al recuerdo otros modos vibracionales en otras tradiciones como la gaita celta, la trompa tibetana, los mantras vocales, tambores rituales tao etc.
Sin embargo, podemos concluir que la tonalidad en el uso de la palabra es la que la sacraliza, si los ojos son el espejo del alma, la voz y su musicalización son el método adecuado para la influencia en esa alma. Es importante resaltar, que la sacralización por la voz nunca va acompañada de otros factores de lenguaje o manifestación del estado de ánimo, algo bastante inconcebible en la vida profana, pongamos un ejemplo, imaginemos que alguien te dice “te quiero” sin sonreír ¿no seria algo totalmente absurdo e increíble?, ¿Por qué razón la sacralización de la voz no va a acompañada de otro lenguaje no verbal?. Simplemente porque el mensaje es indiferente, de hecho, en el canto anáfono y el Adhan se pueden usar lenguas que el oyente no suele comprender, salvo en ocasiones que se usan las lenguas vulgares.
La razón es que no importa el mensaje, importa la inflexión de la voz, la musicalidad y sobre todo la conciencia por parte del oyente que identifica el tono y el ritmo como tonos y ritmos sagrados.
Mitos y leyendas
El Golem
Quizás el mito mas conocido sea el del Golem. Los cabalistas antiguos, basándose en las leyendas de la creación, comprendieron que con la palabra, a semejanza de Dios, podrían crear vida. Como hemos aprendido basta con aplicar la palabra correcta, la vibración correcta para modificar sustancialmente el entorno, los cabalistas con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios podrían adquirir algo de su sabiduría y poder buscando la palabra.
En el Siglo XVI, el rabino Judah Loew imitando o buscando el poder total, el de la creación quiso crear vida, Construyendo emulando a un Adán primigenio, un ser de barro, el cual le dio vida con la palabra y con la palabra le retiraba la vida, para animar el Golem, pronunciaba la palabra Emet mientas la escribía en la frente del monstruo de barro (àîú 'verdad' en lengua hebrea), para retirarle la vida, solo debía pronunciar la palabra (îú 'muerte' en hebreo) mientras borraba la única letra que al pronunciarse diferenciaba la vida de la muerte.
El Golem no era un ser inteligente ¡carecía del poder de la palabra y el habla!, no era humano y por ello no hablaba, símbolo legendario del poder de Dios por encima del poder de la palabra.
La leyenda del Golem ha dado píe en la literatura a las novelas El Golem de Gustav Meyrink y Frankenstein de Mary Shelley
Las trompetas de Jericó.
Cuando las tribus de Israel salieron del desierto hacia la tierra prometida, la primera ciudad que encontraron fue Jericó, morada por cananeos y semitas que por circunstancias no habían estado en Egipto. La ciudad estaba cerrada y protegida por inmensas murallas, por lo que Jehová dijo: “Siete sacerdotes llevarán siete cornetas de cuernos de carnero delante del arca. Al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las cornetas. Y sucederá que cuando hagan sonar prolongadamente el cuerno de carnero, cuando oigáis el sonido de la corneta, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad se derrumbará.”
El poder de la voz, en este caso de un grito y la vibración generada demolieron las murallas de Jericó.
Leyenda Inuit.
Cuenta la leyenda Inuit que, en los albores del mundo, no había diferencia entre hombres y animales: todas las criaturas de la Tierra vivían en armonía, y cada una de ellas podía transformarse en otra, con el fin de llegar a entenderla mejor. Los hombres se convertían en peces, los peces se convertían en hombres, y todos hablaban la misma lengua.
En aquella época, continúa la leyenda, las palabras eran mágicas, y el mundo espiritual repartía generosamente sus bendiciones. Una frase dicha de modo aleatorio podía tener extrañas consecuencias; bastaba pronunciar un deseo para que este se cumpliera. Fue entonces cuando todas las criaturas comenzaron a abusar de ese poder. Se instaló la confusión, y la sabiduría se perdió.
Pero la palabra sigue siendo mágica, y la sabiduría todavía concede el don de hacer milagros a todos los que la respetan”, concluye la leyenda.
La voz del dios cocodrilo.
Las leyendas africanas cuentan que el cocodrilo tenía la piel lisa y dorada como si fuera de oro. Para que nada estropeara su piel vivía debajo del agua. Pero el cocodrilo tenía la ambición de hablar como los dioses y comenzó a salir del agua. Pero sucedió, que el sol brillante, poco a poco fue secando la piel del cocodrilo, que, al darse cuenta de su castigo por haber querido hablar como los dioses, nunca se recuperó de la vergüenza y humillación y desde entonces, cuando los animales se le acercan se sumerge rápidamente en el agua, con sólo sus ojos y orificios nasales sobre la superficie del agua.
Usos en corrientes iniciáticas
El uso de la palabra y su vibración son esenciales en diversas corrientes iniciáticas, vamos a dar un pequeño repaso a la utilidad de el uso de la palabra en las ritos, usos y costumbres de estas ordenes esotéricas mas conocidas. No vamos a entrar en el fondo de su uso pero si un repaso de su objetivo.
El poder de la palabra se manifiesta en el rito personal o colectivo, en cuya ejecución no se advierte que produzca efectos útiles si no esta ejecutado con la precisión con el que fue creado, la eficacia real del rito y en consecuencia de la palabra y la vibración no se agota en el encadenamiento de causa y efectos.
Consideremos que palabra ritualizada, si es útil, no lo es por que exista una causa efecto inmediato y evidente, esto es así por que su utilidad no circula por los conductos exclusivamente naturales, y en ello reside su diferencia respecto de la práctica técnica. El poder de la palabra tienen una dimensión, extra-empírica, de algún modo sobrenatural y subjetiva.
Mantras.
La primera mención a los mantras la podemos encontrar en los textos del mazdeismo y zoroastrismo(1), esta religión, originaria de la zona de la actual Irán, veneraba al dios Ahura Mazda y era considerado, según indican los textos avestas como “el comienzo y el fin, el creador de todo, el que no puede ser visto, el Eterno, el Puro y la única Verdad”. La propia visión circular de la divinidad, sin comienzo ni fin, inspira que su rezo sea también circular, es decir, sin comienzo ni fin. Por este motivo, sus oraciones eran un ciclo sin fin de una letanía repetitiva.
El zoroastrismo y por razones teológicas, se expandió hacia el sudeste(2) y incluso hoy en día debido a esta expansión es la India el país con mas numero de fieles. Por ello, parte de su teología y practicas se fundieron posteriormente con las creencias religiosas más asentadas en este subcontinente, como el Jainismo, Hinduismo y por supuesto, el budismo. Además, la India es un país absolutamente heterodoxo en cuanto a practicas religiosas y extremadamente permeable al sincretismo, por lo que desde la india, el mantra originario del zoroastrismo ha penetrado en las religiones Abrahámicas y en otras religiones y escuelas espirituales practicadas y de allí al resto del mundo.
La recitación de un mantra, puede tener dos finalidades, por un lado la de oración religiosa que es la menos común y normalmente circunscrita a las religiones que aceptan el mantra como invocación a la divinidad y por otro lado el apoyo a la meditación o a la inducción de vibraciones positivas. No nos interesa demasiado la oración religiosa y nos centraremos en su finalidad vibracional.
En Europa, el mantra ha llegado de la mano del budismo, es curioso analizar que en el budismo el mantra deja de tener sentido si no esta supervisado por un maestro de linaje.
El mantra, para que sea efectivo, tiene que estar correctamente pronunciado y de preferencia con un sentido que ayude y apoye al practicante en su momento evolutivo de iluminación, por lo que usar la grafía y pronunciación occidentales en un mantra elaborado en sánscrito es poco menos que una perdida de tiempo, salvo que se ensaye la pronunciación.
Desde un punto de vista esotérico y pragmático, recomendamos el mantra personal, creado por un maestro de linaje en contexto budista o en un maestro consolidado en un contexto occidental.
Masonería, la palabra circula.
Para los rituales masones, la palabra no es una herramienta personal sino una colaboración colectiva del grupo, la palabra pues comienza y termina dando un giro circular donde participan sus miembros a modo de co-creadores del mismo.
La palabra en estos ritos, es altamente compleja, cada participante tiene su momento, su tiempo sagrado y su impulso creando una energía vocal y espiritual llamada egregor. El egregor es la generación de un inconsciente colectivo autónomo y privado en el grupo que es capaz de influir en los pensamientos y sentimientos de cada uno de los participantes. El sistema es altamente efectivo, tanto es así que las grandes corporaciones empresariales, cada vez mas, lo incorporan en sustitución de los celebres brainstormings.
Simplificándolo mucho, una idea es expresada y posteriormente y en un orden de menor a mayor experiencia de los miembros del grupo, esta idea se matiza y se enriquece, sin vuelta atrás, sin capacidad de enmendar la palabra dada, retornando al emisor de la idea amplificada, precisada y en ocasiones enriquecida. Si el maestro entiende que las palabras son “perfectas”, es el fin del tema o idea, si considera que no son “perfectas”, la palabra vuelve a circular con el mismo sistema hasta que es considerada, “justa, brillante y perfecta”.
Cantos difónicos, el mantra del Kanato.
En Asia central los pueblos nómadas antes de ser invadidos por las tropas y en consecuencia costumbres y religión árabes ocurridas durante el siglo VIII, tenían una mística muy similar a las indo americanas, siendo la tierra y lo que en ella vive parte integrante de un todo. Para el rezo a la tierra se usaba el canto difónico.
La peculiaridad del canto difónico es que se genera en la garganta produciendo dos sonidos separados en un armónico, su impresión sobre el ser humano es equivalente a un mantra. (aficionados a Sheldon Cooper se acordarán de un capitulo)
Rosacrucismo, palabra de creación.
Para los rosacruces, existe una palabra de creación, una palabra perdida que hacen retroceder su origen a la mítica Atlántida, esta palabra tendría en si misma el poder mágico general, una especie de bálsamo de Fierabrás dado que revela a sus miembros el modo de alejar de si todo peligro musitando la palabra siete veces.
Algunas ordenes rosacruces van mas lejos, han llegado a afirmar que la pronunciación de la palabra puede provocar y detener fenómenos naturales.
Dependiendo de la orden rosa-cruz que trate el tema, esta enseñanza varía de nivel y de momento de ser revelada, para las ordenes mas establecidas y con mayor trazabilidad de su existencia, esta palabra se enseña en el 9º grado, previo a la entrada, en su caso, de sus grados superiores llamados Martinistas. Otras ordenes, disponen esta enseñanza en diferentes momentos.
La palabra perdida rosa-cruz, difiere totalmente de las palabras perdidas de otras ordenes, la palabra es: MATHREM pronunciada “mazrem”, su etimología es discutida, puede provenir del origen sánscrito de mantra o este tomada de un acrónimo en ingles de varias palabras usadas por la Hermetic Order of the Golden Dawn.
Sin embargo, las enseñanzas del uso de la palabra en la orden rosacruz están fundamentalmente inscritas en su orden interior, el Martinismo.
Martinismo, la palabra como heramienta total.
El uso de la palabra en el martinismo es francamente poliédrico, enseñan no solo, como en el caso de los mantras, una técnica de oración y una técnica de vibración para uso espiritual si no que añaden con un sistema algo distinto, el uso de la palabra grupal con variaciones sobre el uso de la palabra que hemos visto antes en el sistema masónico.
Uso de la palabra en formato de oración: Los martinistas son una orden interior del rosacrucismo, que siguiendo las tesis de esoteristas del siglo XIX, buscan llevar al ser humano a un estado primigenio de comunión con dios, un estado del ser humano dotado de las virtudes, poderes y cualidades del hombre anteriores a la caída. Eminentemente es un esoterismo de caballería cristiana.
La parte cristiana de su doctrina, provoca que su invocación se convierta en oraciones con sabiduría e iluminación espiritual, que es considerada como un derecho de nacimiento natural al ser eximido del pecado original, librarse, mediante la oración de los pecado de la caída del hombre es la búsqueda de la iniciación secreta y sagrada.
Uso de la palabra en formato mantra: ¡que la luz sea! Es uno de las frases repetitivas de esta orden, ¡que la luz sea! En un ciclo continuo de búsqueda de la luz y alternancia con la oscuridad, de este modo, los martinistas hacen una reflexión a lo cíclico de la existencia, dando pie al uso de la palabra como mantra “occidentalizado”.
El martinista adecua su forma de hablar a la expectativa de si mismo, vemos claramente como hablando mejor, siendo más amables y prudentes forzamos nuestra propia actitud, controlando las situaciones de la vida profana.
Uso de la palabra grupal: El martinismo como orden de caballería cristiana, trabaja en grupo, ritual y simbólicamente, con vestimentas, locales adecuados etc, de alguna manera buscando el egregor, al igual que la masonería, para ello, trabajan la cábala, los Sefirots, los Nombres Divinos, pantaculos, la letra Shin y su importancia en el Nombre Sagrado (que ya hemos aprendido que es MATHREM), en conversación, siendo la conversación, previamente planificada.
El tema a estudio es expuesto y se busca que los adeptos pregunten al maestro en un camino bidireccional, si no se crea este flujo de debate el maestro lo provoca buscando esquemas mentales preconcebidos, es decir que cada vez que la palabra entra en acción el maestro busca cuales serán los puntos clave de lo que quieren exponer a modo de resumen. Ademas, esos puntos clave estarán basados en los sinónimos o ejemplos menos usados en el mundo profano.
Pongamos como ejemplo que el tema es “el elefante”, siendo elefante una palabra común, dirán elefántidos, paquidermo o proboscidio con el objetivo que la palabra poco común asuma el sentido del tema tratado a titulo de lenguaje interno.
Como curiosidad añadida, el martinismo es la única orden esotérica de las consideradas “serias” que usan el termino “magia” que por si solo necesita largas explicaciones.
New Age.
En corrientes New Age, se usan las afirmaciónes positivas, que nos permiten trascender nuestras capacidades físicas marcando nuestros objetivos. Las afirmaciones positivas o decretos, funcionan, pero no funcionan por una suerte teúrgica o mística ni mucho menos relacionada con la comunicación con la divinidad. Funcionan por que la expresión verbal de un deseo, suele provocar en nuestra psique los mecanismos básicos para enfocarnos a la consecución del mismo. Es lo que se conoce como aplicación de la asertividad.